Descanso merecido

Ha finalizado el primer tramo de la liga para el CAI de la mejor manera posible. Con la victoria ante Cornellá el equipo ha cerrado, antes del pequeño parón que disfrutará el equipo, la racha que todo el mundo daba por hecha al empezar la temporada.

Después de la derrota en La Laguna allá por el mes de octubre, el equipo ha sabido aprovechar un calendario benévolo para reconducir la situación. Es cierto que se ha hecho con demasiado sufrimiento, pero lo importante es que el equipo mantiene sus opciones intactas para estar, primero en la copa del Príncipe, y después afrontar con garantías la segunda y definitiva segunda vuelta de la liga.

Y es que la recta final del año va a ser frenética, con 4 partidos en apenas 15 días que decidirán que dos equipos disputan la Copa del Príncipe. Los de José Luis Abós primero visitarán a UB La Palma, recibirán a continuación a Ourense, viajarán a la pista de la revelación de la liga Sant Josep de Girona, finalizando el día 3 de enero en el Príncipe Felipe ante Melilla, el actual dominador de la liga.

Para esos partidos sigue habiendo una gran incógnita en el equipo, saber si Lescano de una vez por todas, consigue la nacionalización. En caso contrario de nuevo papeleta complicada para José Luis Abós que tendría que volver a dejar a una de sus piezas importantes fuera del quipo. No hay que ser del todo dramáticos, pero en este caso el tiempo juega en contra del CAI.

El problema ya está aquí

El pasado 14 de octubre el alero australiano del CAI David Barlow sufría durante un entrenamiento la fractura del 5º metatarsiano de su mano derech, que le tendría aproximadamente dos meses fuera de las pistas. Una horrible noticia en principio pero que facilitaba la vuelta al equipo de Matías Lescano, hasta que el argentino consiguiera la nacionalización.

Dos largos meses que parecían suficientes para que se solucionara la situación, y para que el equipo pudiera contar por fin con todos sus efectivos. Mientras tanto en Vitoria conseguían que Oleson consiguiera plaza de seleccionable, algo que conseguiría días más tarde Blancos de Rueda Valladolid con Fede Van Lacke. El CAI mientras tanto, sin recursos para acelerar las gestiones y deseando que la solución llegara cuanto antes.

El problema es que Barlow ya está recuperado, y estará apto para jugar el viernes en Palencia. El CAI tendrá que decidir, como sucediera al principio de temporada, que comunitario se queda fuera del equipo, siendo imprescindibles Quinteros y Phillip. La decisión sea cual sea traerá polémica, porque en esta ocasión el club, no ha sabido llevar el asunto, y al final le va a estallar en las manos.

El extraño caso de Rafael Hettheimeir

Si recuerdan al empezar la pretemporada, cuando el CAI firmaba la llegada de Rafael Hettsheimeir, escribíamos sobre el dudoso rendimiento que habían ofrecido al equipo los 2 brasileños que con anterioridad habían vestido la camiseta rojilla, Victor Faverani y Gastao Rodríguez. Nos preguntábamos si Rafael sería capaz de romper el gafe, pero el tiempo ha demostrado que todo lo contrario, aunque en esta ocasión la situación ha sido bien distinta.

Tras la desgraciada lesión que sufre el jugador al empezar los entrenamientos con el equipo, el jugador se queda sin ficha, a la espera de que cuando finalice el proceso de recuperación, si las circunstancias fueran propicias, el jugador pudiera volver al equipo. El pívot estando desvinculado del CAI, lleva a cabo todo el proceso de recuperación bajo la supervisión de los servicios medios del club, y su evolución paulatina invita a pensar que puede tener sitio en el equipo por la lesión de Kiefer y por el bajo rendimiento de Elonu.

Pero el CAI da un giro inesperado al cerrar el fichaje del panameño Lloreda, y al ceder al brasileño al Xacobeo de Curro Segura. El jugador se vincula al CAI de nuevo hasta final de temporada, pero siendo cedido al club gallego para los próximos tres meses. Una decisión cuestionable más si cabe cuando el brasileño, nada más aterrizar en Santiago, debuta con los gallegos este pasado fin de semana en el sorprendente triunfo ante Unicaja de Málaga.

Con estas decisiones el CAI vuelve a demostrar su total confianza en el nigeriano Elonu, que personalmente creo que a estas alturas de la temporada aún no sabe muy bien donde está. Esperemos que esta vez el club acierte con la controvertida decisión, y que no se parezca a la confianza ciega concedida la temporada pasada a Taurean Green, que a la postre unido a muchas otras cosas, condenó al equipo al descenso a la liga LEB.

La esclavitud de ser favorito

Pese a las derrotas, y pese al titubeante arranque de liga, el CAI sigue siendo el máximo candidato para conseguir de forma directa el ascenso a la liga ACB. Esto provoca que los rivales, principalmente en su pista, afronten el duelo ante los rojillos como el partido más importante de la temporada. Esto el equipo ya lo ha vivido de manera muy negativa en Vigo, Málaga y La Laguna, y si no cambian mucho las cosas le va a pasar en la totalidad de los partidos, siendo Mallorca la próxima parada.

Ese es el peaje que tiene que pagar el CAI por contar con mejor plantilla, presupesto y afición que el resto de los rivales. Es indudable que los rojillos son lo más parecido al Real Madrid de Florentino en la LEB, algo que los jugadores ya saben cuando vienen a Zaragoza, y por lo que se les paga más que en cualquier otro club. Por eso no puede servir como excusa el hablar de la motivación extra de los rivales, o la alta exigencia por parte de la marea roja.

Es lógico que los incondicionales del Príncipe Felipe exijan al equipo en función de sus posibilidades, y por ello se quejan amargamente cuando los de Abós no ofrecen su mejor versión. El CAI ya ha superado la parte más complicada del calendario condicionada por las ausencias, y ahora es momento de encadenar por fin una serie de victorias consecutivas que pongan al equipo más cerca de la cabeza. Hay tiempo de sobra para enmendar los errores cometidos, pero cuanto antes, mucho mejor.

Ya no valen excusas

Se le acaba poco a poco el margen de error al CAI Zaragoza. Las tres derrotas cosechadas por el equipo a estas alturas de temporada, complica la situación de un equipo condicionado para estar toda la temporada en la parte más alta de la tabla.

Es cierto que el equipo en el último encuentro estuvo muy condicionado por las ausencias, y que los rivales en los tres partidos han estado muy acertados en el final de los partidos en el lanzamiento exterior. Pero el equipo tiene que estar por encima de todas estas circunstancias.

En las tres derrotas el CAI ha estado por delante en el marcador, con ventajas sustanciales que no ha sabido gestionar. Los protagonistas no saben explicar porque el equipo cae en el pesimismo en cuanto los rivales se acercan en el marcador. Si la liga fuera como hace tres temporadas, la situación actual no sería excesivamente problemática, pero la urgencia por acabar en primera posición la temporada regular obliga a una rápida reacción.

El equipo ya ha pasado la parte más complicada del calendario de la primera vuelta, y ahora llega el momento de encadenar una serie de victorias que acerque al equipo al liderato. Para ello será clave el refuerzo que tiene que llegar en las próximas horas, y que debe de reforzar un juego interior que por el momento no está respondiendo a lo esperado.

El triunfo de la fe

El CAI Zaragoza demostró ante Menorca que la fe y la lucha hasta el final, en ocasiones da sus frutos. El CAI se llevo un a victoria clave, de las que cambia la tendencia de un equipo que estaba muy tocado. Los rojillos tienen más problemas de los esperados, pero pese a ello el equipo demostró tener un carácter ganador, lo que distingue en muchas ocasiones a los vencedores de los vencidos.

Con las bajas de Guerra y Barlow el equipo se queda muy mermado, más si cabe por el rendimiento de jugadores como Kiefer y Elonu que no están dando el rendimiento esperado. Eso provocó un cambió de actitud en el equipo en la recta final del encuentro, que a base de carácter y confianza en sus posibilidades, remontó ante el rival más cualificado de la temporada.

Este triunfo no puede hacernos olvidar el mal partido en global de los aragoneses, que se vieron superados en todo momento por los baleares. El CAI, si no cambian mucho las cosas, se va a tener que reforzar en el juego interior, sobre todo si se confirman los peores augurios con la lesión de Matt Kiefer. Mucho camino por delante le queda a Abós y los suyos, pero desde las victorias todo es mucho más sencillo.

Hasta siempre jugón

Nos ha dejado un maestro entre maestros, el gran Andrés Montes. El narrador, que de una manera incomparable, nos ha trasladado la emoción y la pasión del baloncesto durante tantos años. Lo que el resumía con su mítico, I love this game. El único que conseguía que aguantáramos hasta altas horas de la noche por un partido, que nunca antes hubiéramos visto. Y lo que es mejor, acostarte con la sensación de que el madrugón de mañana habrá merecido la pena.

Creo en la idea de que el deporte y el baloncesto son entretenimiento y espectáculo, como el defendía, y que en muchas ocasiones hay que restarle dramatismo. De esa idea nacen los motes o latiguillos por todos conocidos, que siempre recordaré con una sonrisa. Una temporada será un curso baloncestistico, un tapón será un pincho de merluza, cuando un equipo gane sin problemas estará paseando a Miss Daisy, y una canasta de churro será un bonilla, como tanto le gustaba decir.

Además de los hilo de seda Houston, melodía de seducción Sprewell, el reflexivo Fisher, E.T. Gasol o aerolíneas Jordan, me quedo con esos clubes en los que reunía todo tipo de jugadores. Ya fuera, del gourmet, de cristal de bohemia, de al salir de clase, de se dejaba llevar o del calabazas club, en el que nos sentíamos tan identificados. Por tantas y tantas noches en vela, gracias Andrés.

La primera bofetada de la temporada

Muchos confiábamos en que tardaría mucho en producirse el primer pinchazo del CAI Zaragoza en esta temporada. Personalmente confiaba en que el equipo era perfectamente capaz de encadenar una racha de al menos siete triunfos, que dejaran al equipo marcando el ritmo de la liga. Pero como ya ha pasado en tantas veces la LEB es imprevisible, y los rojillos lo vivieron en primera persona. Los motivos parecen tener que ver más con lo hecho por los de Abós que por el rival, sin restar mérito al partido de los lucenses que estuvieron muy inspirados en la recta final del partido.

Ahora toca sacar conclusiones, recapacitar sobre lo ocurrido y pensar en positivo, ya que esto no ha hecho más que comenzar. Está claro que fuera de casa la dificultad crece y parece obvio que hay que exigir más a jugadores que deben asumir la responsabilidad cuando el dueto Quinteros-Philip no tenga el día. Son detalles que unidos a la falta de continuidad de lo pivots del equipo y la ausencia de Lescano acercan al CAI a sus rivales.

Las ligas no se ganan en octubre, pero el equipo ha demostrado en pretemporada estar preparado para empezar a ganar desde el principio, demostrando que el lugar del CAI no es esta competición. Las próximas salidas a Axarquía y La Laguna volverán a medir la capacidad del equipo en canchas hostiles, donde el CAI hace 2 temporadas selló el ascenso. El peregrinar por el infierno de la liga LEB ya ha comenzado, y convendría que a nadie se le olvidara. Hay que estar tranquilos pero sin confianzas, esperando que el equipo cumpla partido a partido con la exigencia marcada.

El comienzo esperado

Después de una eterna pretemporada ya está en marcha la temporada en la liga LEB Oro. Lo ha hecho para el CAI como todo el mundo esperaba, con una cómoda victoria ante Tarragona que sirve para que los rojillos lideren la tabla. Un dato que ahora es testimonial,pero que si todo fuera redondo, podría durar hasta la última jornada de liga. Pero para ello habrá que estar alerta en la mayoría de los partidos, y es que el primer gran pinchazo no se ha hecho esperar, con la derrota de Menorca en la pista de Cornella que mejora la situación rojilla. Esta competición es propicia para que haya sorpresas y equipos revelación, aunque al final los que ascienden suelen ser casi siempre los que salían en las quinielas al empezar la temporada.

La sensación de superioridad que mostró el equipo en el primer partido, que en algunos momentos provocó el bostezo en la grada del Felipe, se va a dar en muchos partidos como local, ya que el potencial del equipo es infinitamente superior a los rivales. En la temporada del ascenso ya hubo muchos partidos donde el equipo ganó por 20 o más puntos de diferencia, algo que esta campaña se espera volver a repetir. Distinto será en los partidos a domicilio, donde los rivales creen más en sus posibilidades, donde los árbitros se crecen en ocasiones, y donde el ambiente está en contra.

En ese momento se demostrará el caracter competitivo de un equipo que por calidad va sobrado en la categoría, y que sólo la falta de humildad, o el exceso de confianza le puede privar del objetivo. Esto no ha hecho más que comenzar, pero la primera jornada hasido redonda para el equipo. El viernes en Lugo segundo capítulo.

El oro más merecido y deseado

Se acabó el maleficio, la selección española ya es la mejor selección de Europa. Una condición que todo el mundo daba por hecha, pero que hasta ahora no se plasmaba en el Eurobasket. Una competición en la que España merecía mucho antes el galardón, pero que ha llegado a tiempo para ensalzar más si cabe a una generación difícilmente superable.

En el 2003 en Suecia, España liderada por el primer gran Gasol, ya rozó el titulo, perdiendo en la final ante una inspiradísima Lituania que no dio ninguna opción. La revancha no se pudo cumplir en 2005, cuando la ausencia del genio de Sant Boi hizo que el equipo liderado por un espectacular Juan Carlos Navarro, no pudiera pasar el cruce de cuartos ante la mejor versión de la Alemania de Dirk Nowitzki.

En 2007 todo el mundo se acuerda de lo ocurrido. Tras la conquista del mundial en Japón, los de Pepu Hernández, sufrieron la derrota más dolorosa posible, en la final ante tu público por solo un punto de diferencia. Tras ese europeo llego el cisma al equipo, por los problemas entre el presidente de la federación y el seleccionador, que afortunadamente no trastocaron un equipo que seguía teniendo hambre de títulos.

Y la guinda al pastel ha llegado por fin este verano. Todo el mundo temía la peor noticia, la ausencia de Pau Gasol por el desgaste de una temporada gloriosa para el pívot. Era la ocasión propicia, con los rivales muy mermados, y por eso Pau no se lo quería perder. Su presencia en el torneo aseguraba también la continuidad en el quipo de Juan Carlos Navarro, lo que multiplicaba las opciones de título para los de Scariolo. El camino ha sido duro y complicado, con más sobresaltos de los previstos, lo que le da mas merito a un titulo que merecía y necesitaba a partes iguales nuestro baloncesto.

El maleficio de los aleros españoles del CAI

Desde el origen del nuevo CAI Zaragoza, allá por el año 2002, el equipo ha estado gafado con los jugadores nacionales que ha fichado para el perímetro. En 7 temporadas los rojillos han tenido un total de 25 jugadores españoles para las posiciones del perímetro y muy pocos son recordados con cariño por la afición.

La primera temporada, dentro del desastre que fue el equipo, Carlos Martínez y sobre todo José María Panadero decepcionaron mucho en el Príncipe Felipe.
En la segunda campaña la cosa mejoró, pero sin muchos alardes. El CAI tuvo en el perímetro a Francesc Sabaté, Benito Doblado y José Antonio Ferrer, siendo este último el único que se ganó la renovación una temporada más, algo poco habitual en la capital aragonesa. La temporada 2004-2005 fue el desastre. Txemi Urtasun y Jesús Cilla naufragaron como el resto en una temporada para olvidar. El año siguiente fue el del famoso play off de Murcia, donde ni Alberto Angulo ni Rubén Quintana fueron capaces de llevar a los rojillos a la liga ACB. Y aún peor renidimiento tuvieron Alberto Corbacho e Iván García en la campaña en la que Chus Mateo empezó en el banquillo. El alero balear que se había exhibido una temporada antes en el Felipe, fue una de las grandes decepciones de ese año. Y casualmente en la temporada del ascenso, el CAI no tuvo ningún nacional en el perímetro, tan sólo la presencia testimonial de Iván García. Vaya coincidencia

El siguiente capítulo nos lleva a lo ocurrido la temporada pasada en la liga ACB. El CAI apuesta de manera muy importante por Roberto Guerra y Sergio Pérez, y ya saben como termina la película. El canario hace la peor de sus 8 temporadas en la máxima categoría, mientras que Pérez pasa de ser el triplista con mejor porcentaje de la competición, a no ser capaz de meter 2 triples seguidos en toda la temporada. Increible.

Y ya saben lo que ha pasado este verano, el CAI fichaba a principios de julio a Álex Urtasun y ya no está en el equipo. Después de todo lo contado sólo me queda desearle la mejor de las suertes al bueno de Matías Lescano, que pronto será seleccionable. Cuidado capitán, no va en broma.

La LEB más débil de la historia

Desde la existencia del CAI Zaragoza actual, siempre se ha hablado del bajo nivel deportivo que ofrecía la segunda categoría del baloncesto español. La presencia de equipos de localidades sin tradición, en pabellones en ocasiones indignos y la poca difusión de la liga, propiciaba que siempre el CAI era el favorito, una victoria era lo obligado y una derrota poco menos que un fracaso. Si eso era cierto de alguna manera en el pasado, ahora la situación se acentúa y de qué manera.

Esta temporada la liga LEB está más condicionada que nunca por la precaria situación económica de la mayoría de los equipos. Eso va a provocar que la enorme diferencia que exitía antes entre los de arriba y los de abajo, ahora sea un abismo casi insalvable para la mayoría. Rivales poderosos en temporadas pasadas como Tenerife o Breogán han visto reducidos sus presupuestos de manera muy significativa, clásicos de la liga como Lleida o Los Barrios han tenido que abandonar y otros como Ourense o Vigo han entrado en la liga con calzador. Menos el CAI, Menorca y Melilla, el resto de los equipos no parecen estar capacitados para pelear por el primer puesto, lo que sin duda va a restar prestigio a la competición.

El CAI ese sin duda el gran favorito si hace lo que debe, ser un equipo y no un grupo de grandes jugadores, lo que hasta ahora en Zaragoza sólo ha pasado en un par de temporadas. Comienza la penitencia para el caísmo, un añito en el infierno que esperemos sirva para aprender de cara al futuro en la liga ACB. Ese es el único consuelo.

¿A la tercera va la vencida?

Desde hace varios años Brasil se ha convertido en un referente importante dentro del mundo del baloncesto. Como ejemplo los muchos jugadores brasileños que juegan y triunfan en España como Tiago Splitter o en la NBA, como el ex del Barcelona Anderson Varejao, ahora en los Cavs de Lebron James, o Leandro Barbosa, que ha llegado a ser elegido en una ocasión mejor sexto hombre de la liga con los Suns de Phoenix.

El CAI Zaragoza ha fichado para esta temporada al pivot brasileño procedente de Lleida Rafael Hettsheimeir. Un fichaje que sólo genera dudas por los antecedentes que ha tenido el equipo con los brasileños que han defendido hasta ahora la camiseta del CAI, y que casualmente también eran pivots. El primero en llegar a Zaragoza fue Gastao Rodríguez, lo hizo a mediados de la primera temporada del equipo aragonés en la LEB, cuando el club se empezaba a deshacer como un azucarillo. Su paso fue fugaz, y sólo se le recuerda por el exceso de kilos con los que llegó a Zaragoza.

El segundo es mucho más conocido y recordado, Vitor Faverani. Lo suyo fue mucho más lastimoso ya que tenía condiciones para casi todo y se ha quedado en casi nada. Se le conocireron más problemas que buenos partidos, y fue una carga pesada que tuvo que soportar el equipo hasta que el club lo cortó a mitad de temporada. Ahora Rafael Hettsheimeir tiene la ocasión de demostrar que Zaragoza, brasileño y baloncesto no son incompatibles.